Notas en La Gaceta Literaria, suplemento del diario La Gaceta de Tucumán, 18 de marzo y 8 de abril de 2001, contestando artículos de Patricia Pasquali publicados en ese medio y también en La Nación de Buenos Aires.
CUATRO PUNTOS PARA EL DEBATEpor Hugo Chumbita y Diego Herrera Vegas
El debate sobre la filiación de San Martín recién ha comenzado, y la opinión pública debe conocer mejor los elementos de juicio que estamos investigando desde hace tiempo. No es una cuestión irrelevante. [...] En el II Congreso Internacional Sanmartiniano (Buenos Aires, 14-16 de agosto de 2000) Hugo Chumbita sostuvo una ponencia sobre “El origen de San Martín y su proyecto americano”, en la que presentó antiguas y nuevas evidencias de que José de San Martín habría sido en realidad hijo natural del marino español don Diego de Alvear y Ponce de León con una indígena misionera, quien según la tradición oral popular fue Rosa Guarú, recordada también como nodriza del niño en Yapeyú. Uno de los elementos probatorios son las memorias de Joaquina de Alvear, nieta del brigadier Diego de Alvear e hija del general Carlos de Alvear. En dicho Congreso, Diego Sarcona respondió la ponencia con la suposición de que Diego de Alvear no pudo estar en Yapeyú en la época en que fue concebido San Martín; y expuso el mismo argumento en una nota que, junto con la ponencia, publicó la revista Desmemoria (2º cuatrimestre de 2000). Patricia Pasquali ha escrito una nota para La Gaceta (4/3/2001) repitiendo con algunos errores el argumento de Sarcona y además impugnando las memorias de Joaquina de Alvear, en virtud de una causa judicial por insania que promovió su marido para que se la declarara incapaz. En este debate tenemos que dejar de lado la biografía novelada de García Hamilton, que nos llevaría al espinoso terreno de la mezcla de literatura e investigación, desviándonos del foco. La tesis del origen mestizo de San Martín fue esbozada en un libro anterior de Chumbita (Jinetes rebeldes, febrero de 2000), se expuso con mayor fundamento en la ponencia ya citada al Congreso Sanmartiniano, y se difundió por diversos medios periodísticos en julio de 2000, cuando dimos a conocer los manuscritos de Joaquina de los que es depositario Diego Herrera Vegas. Aclaramos ahora los siguientes puntos: 1. ¿Cuándo nació San Martín? Se equivoca Pasquali al sostener que no cabe “el menor asomo de duda” acerca de la fecha de nacimiento de San Martín. Mitre se contradijo en su biografía consignando dos fechas diferentes del natalicio. En su propia correspondencia, San Martín se contradijo no menos de tres veces. Se equivocó también Pasquali en una reciente biografía del prócer (San Martín. La fuerza de la misión y la soledad de la gloria, 1999) al invocar como prueba una partida de bautismo inexistente, afirmación de la que no se ha rectificado y que la induce a perseverar en el error. Los investigadores desprevenidos suelen caer a menudo en las trampas u ocultamientos de la historiografía olímpica y partidaria que se ha tratado de imponer durante mucho tiempo como verdad sagrada o científica. Lo único que puede afirmarse con rigor es que San Martín nació alrededor del año 1778. 2. ¿Cuándo fue Alvear a Yapeyú? Diego de Alvear llegó al Río de la Plata como alférez de la fragata “Rosalía” en una escuadra que ancló en Montevideo el 10 de noviembre de 1774, según su foja de servicios y otros documentos concordantes a los que se refieren los autores que elaboraron su biografía, desde Sabina de Alvear y Ward, Paul Groussac y Gregorio F. Rodríguez hasta Pedro Fernández Lalanne, a los cuales Pasquali pareciera no haber leído. No vino de España con la expedición de Cevallos (1777), como afirma Pasquali erróneamente, sino tres años antes. Pudo haber estado en Calera de las Vacas cuando aún estaba allí la familia San Martín-Matorras. Pudo haber estado en Yapeyú y sus alrededores entre 1775 y 1778, cuando actuó en diversas comisiones militares por la Banda Oriental y el río Uruguay. Es perfectamente posible que pasara por Yapeyú en recorridos preliminares a la tarea que le encomendaron de dirigir una partida demarcadora de límites (aunque ésta emprendió sus exploraciones más tarde, en 1784). El viaje por las costas del Brasil de que habla Pasquali no lo emprendió antes de 1779, cuando resurgieron las hostilidades con los portugueses y británicos. 3. ¿Quién encontró el expediente? El “descubrimiento” del expediente Nº 84 del Juzgado Civil de Rosario iniciado en 1877 por el marido de Joaquina es atribuído por Pasquali al abogado Víctor H. Nardiello. En realidad el expediente fue localizado por Diego Herrera Vegas, quien en diciembre de 2000 obtuvo las copias por las vías reglamentarias en el Archivo del Museo Histórico Provincial, como parte de la investigación que realizamos [...] Alguien, enterado de nuestra consulta al Archivo, actuó como correveidile de Pasquali, y resulta de mala fe atribuirse el mérito del hallazgo. 4. La manía de Joaquina de Alvear. Según el informe médico ordenado por el juez de Rosario, Joaquina padecía lo que en su época se denominaba “erotomanía” –un trastorno mental estudiado por los psiquiatras franceses E. Esquirol y G. de Clérambault– que no perturbaba su memoria, pero que al liberarla de ciertas inhibiciones probablemente le indujo a realizar una confesión a sus descendientes y transgredir los prejuicios de la sociedad de su tiempo que vedaban hablar de ciertas cosas. Se trata de una materia muy ardua para resumir en pocas palabras, sobre la que habrá que oír a los especialistas, y que acrecienta por cierto la importancia de conocer mejor la vida y la apasionada personalidad de Joaquina. [...] A pesar de la impaciencia de quienes quisieran poner fin a esta polémica, lo cierto es que la historia no ha terminado. |
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